Conoce a: Antonio Cornelio

Originario de Tzintzuntzan, Michoacán, Antonio Cornelio es un maestro artesano purépecha cuya historia está profundamente enraizada en la tradición y la creatividad. Nacido como el menor de nueve hermanos en una familia dedicada a la pesca, el comercio y la agricultura, Antonio representa la tercera generación de artesanos que honra sus raíces a través del arte en fibras vegetales.

Desde muy joven, Antonio mostró un talento innato para el arte del popotillo, una técnica ancestral que aprendió observando y trabajando junto a sus padres. Sus primeras creaciones —coronas navideñas, cristos, bastones, velas de popote y manojos de trigo— eran vendidas durante celebraciones como la Semana Santa y la Navidad, convirtiéndose no solo en una fuente de ingreso, sino también en una expresión espiritual y cultural.

A los veinte años, motivado por el deseo de innovar, comenzó a desarrollar su propia técnica artesanal, tejiendo estrellas con diseños únicos que destacaban en los concursos de artesanías realizados en las fiestas patronales de su comunidad. Su talento no tardó en llamar la atención más allá de su región.

Antonio ha colaborado con renombrados diseñadores como Maurizio Galante y Nina Constandse, creando piezas de indumentaria contemporánea a partir de fibras naturales mexicanas. Su trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional: en 2016 obtuvo una mención honorífica en el prestigioso Premio Loewe y en 2025 fue galardonado con el Premio Estatal de las Artes Eréndira, máximo reconocimiento a la trayectoria artística en Michoacán.

Además, ha participado en múltiples exposiciones organizadas por el Museo de Arte Popular y la Asociación de AmigosMAP, siendo parte activa de la bienal Arte/Sano entre Artistas, donde ha compartido su experiencia con otros creadores y público general.

Hoy, Antonio Cornelio no solo continúa creando piezas únicas que enaltecen el arte popular mexicano, sino que también enseña su oficio a su esposa, hijos y a todos aquellos interesados en preservar esta tradición viva. Su legado es un puente entre el pasado y el futuro, tejido con hilos de historia, identidad y belleza natural.