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Tlaxcala

Traje otomí antiguo para bailar sones y jarabes. Enredo, blusa, rebozo y tocado bordados en punto de cruz. Artesano desconocido. Tlaxcala. Col. Ma. Esther Zuno de Echeverría. (Foto: Jasso).

José N. Iturriaga

“Desde el siglo XVI, la presencia cultural de Tlaxcala ha sido silenciosamente diseminada por América Latina, Estados Unidos y Canadá; no por individuos solitarios deseosos de aventura, sino por familias completas. Encontramos una clara ruta de nombres, símbolos religiosos, platillos, textiles, alfarería, danzas y costumbres tlaxcaltecas”, rememora el licenciado Carlos J. Villaseñor, y ciertamente se constatan las migraciones de ese pueblo al observar a la cultura popular de los estados del norte de México.

Desde el virreinato, Santa Ana Chiautempan y Contla son relevantes productores de textiles artesanales e industriales. Los gobelinos de Guadalupe Ixcotla, los bordados de San Juan Ixtenco de tradición otomí, los trajes de danzantes de Mazatecochoco, Papalotla, Tepeyanco, Xiloxoxtla, San Pablo del Monte y Yauhquemecan, son también ejemplos destacados del arte popular de esta entidad.

La alfarería de San Sebastián Atlahapa, Tzompantepec y Trinidad Tenexyecac, la cerámica de Talavera y el ónix en San Pablo del Monte, “dan cuenta de la transformación del duro tepetate tlaxcalteca en objetos de uso cotidiano, para satisfacer el gusto por lo bello”.

Los tallados en piedra de San Martín Xaltocan y Los Reyes Quiahuixtla, de la mano con las antiguas tradiciones, siguen abasteciendo “maravillosos objetos utilitarios, piezas ornamentales y elementos arquitectónicos”.

Los famosos bastones de Apizaco se hacen en San Esteban Tizatlán, donde también se elaboran “refinadas piezas de escultura en miniatura, imágenes religiosas de la más delicada factura, teponaxtles, trompos, baleros y otras figuras”.

Altzayanca es el principal productor de salterios. En Tlatempan fabrican máscaras de carnaval, con párpados movibles y ojos de vidrio. La manufactura de títeres tiene viejos orígenes y en Huamantla se encuentra un notable museo de esa expresión de la juguetería popular.

En Ocotoxco se funden campanas, en Tlaxco se hace joyería, en Españita elaboran figuras con hoja de mazorca de maíz, en Ixtacuixtla practican la cartonería (alebrijes, piñatas, máscaras), en San Rafael Tenanyecac producen flores de papel, en San Juan Ixtenco los cuadros de semillas, en Nativitas, Zacatelco y Tetlatlahuca hacen cestería, en Tequexquitla casitas con paja de centeno y trigo, en Tepetomatitlán, Xalostoc, Tequexquitla, Huamantla, Papalotla, Xaltocan, Temetzontla, Contla y Tetla hay artesanos pirotécnicos. En Huamantla hacen alfombras de flores y aserrín coloreado, de gran fama bien ganada, para la peregrinación de la Virgen de la Caridad.