SITIO EN ACTUALIZACIÓN CONSTANTE

Textos fundamentales

En la capital del país se conjuntan tradiciones de todos los estados y otras propias. Expresiones de arte popular como los murales en las pulquerías y los telones de fondo de los fotógrafos ambulantes ya casi han desaparecido. Todavía se hacen piezas de cerería y se visten Niños Dios para el día de la Candelaria.

Las artesanías duranguenses provienen de sus grupos indígenas de tepehuanos, coras, huicholes, mexicaneros o nahuas, tarahumaras y de su población mestiza. Se elabora alfarería, objetos de fibras vegetales, de lana, madera, hierro, pieles, cuerno, hueso y vidrio soplado.

Se puede “afirmar que nuestros artesanos no copian modelos del pasado; por el contrario, los recrean y remodelan para adaptarlos a la vida actual”, sugiere atinadamente el licenciado Fernando Muñoz Samayoa. Coexisten artesanías tradicionales rurales o indígenas con otras que han introducido avances tecnológicos, como la alfarería de Metepec, los tapetes de Temoaya y la cerámica de alta temperatura de Valle de Bravo y Temascalcingo.

Destaca el estado por su juguetería artesanal. En Celaya, Santa Cruz de Juventino Rosas, Silao, Dolores Hidalgo, Acámbaro, Salamanca, Irapuato y la ciudad de Guanajuato hacen muy variados juguetes populares. En las dos primeras elaboran figuras de alfeñique para Muertos y en San Miguel Allende “azucarillos”, especifica la antropóloga Marta Turok.

En Olinalá y Temalacatzingo resaltan las lacas: charolas y platos, baúles y cajas, muebles, miniaturas, costureros y polveras, máscaras de tigre. Sus técnicas son el dorado sobre madera laqueada, el rayado vaciado con dos capas de laca, el rayado punteado y la decoración tradicional con llamativos colores.

Entre las artesanías más destacadas están la de tejidos de ixtle en el Valle del Mezquital, la alfarería de Chililico, la incrustación de concha de abulón en madera que realizan en Ixmiquilpan para miniaturas de instrumentos musicales y otros objetos; y los bordados otomíes de Tenango de Doria, registra la licenciada Lourdes Parga Mateos.

En Teocaltiche tornean la madera, labran el hueso y fabrican sarapes. En Colotlán bordan de pita adornos de “sillas de montar y atuendos de lujo para el charro”. En Jocotepec o San Andrés también hacen sarapes y en San Julián sombreros de charro.

Buena parte del arte popular michoacano se debe a los grupos indígenas purépecha o tarasco, náhuatl y mazahua-otomí. Sus tradiciones artesanales prehispánicas fueron respetadas y enriquecidas, particularmente con la visión utópica y enseñanzas del obispo Vasco de Quiroga a los tarascos.

La alfarería morelense es una de las principales ramas artesanales del estado. Los talleres de Tlayacapan son verdaderos museos vivos en la materia. “Las artesanas de Cuentepec son reconocidas por la manufactura de ollas tamaleras de grandes dimensiones, quemadas a cielo abierto y utilizadas en las fiestas familiares como bodas y bautizos”, menciona el arquitecto Israel López González.

En Santa María del Oro se “pica” la piedra volcánica para molcajetes, metates, recipientes para destilar agua, cuencos. En Bahía de Banderas se talla madera y cáscara de coco; se produce alfarería y objetos elaborados con piedras, conchas y caracoles marinos. Compostela alberga talleres de fabricación de puros y talabartería, donde se elaboran monturas, fustes, huaraches. En San Blas producen delicados objetos de concha y caracol, tejen redes y atarrayas, se hornea pan de plátano, zanahoria, coco y nuez.

La mayor parte del estado corresponde a zonas áridas y por tanto la vegetación predominante son agaves y cactáceas. Destaca, hacia el sur, la lechugilla. “En Nuevo León, en muchas regiones las artesanías son pobres y las más de las veces se identifican por su sentido utilitario”, resume el licenciado Alfonso Rangel Guerra.

Las mujeres de los triquis, chatinos, amuzgos, tacuates, huaves y de todas las étnias sintetizan centurias de experiencia estética. De fama mundial son los colorantes naturales de la grana cochinilla, el añil y el caracol púrpura. Los tapetes de lana de Teotitlán del Valle lucen en todas las latitudes.