Desde hace más de 40 años, Ángeles y Juana María, comparten la misma historia. Ellas no lo saben, pero las dos al mismo tiempo salen de sus casas comal al hombro y masa en mano. Al llegar a su destino, pasarán las siguientes horas palmeando entre sus manos unas dulces aromáticas y frágiles gorditas de maíz con sabor a vainilla y envueltas en coloridos papeles que venderán a afortunados peregrinos y caminantes. Son las Gorditas de la Villa o Gorditas de Atrio, delicia efímera de varias generaciones. Sólo 28 km separan sus Iglesias pero las une la fuerza de una tradición popular.
Por Chef Graciela Montaño
2 tazas de harina de maíz cacahuazintle 2 cucharadas de manteca de cerdo 3/4 taza de azúcar 2 huevos 1 cucharadita de polvo para hornear 1 pizca de bicarbonato 1 ½ cucharada de vainilla ¼ taza de agua a temperatura ambiente
Preparación
- Cernir harina, bicarbonato, polvo para hornear y azúcar.
- Hacer un cuenco e incorporar la manteca y uno a uno los huevos y la vainilla.
- Amasar hasta obtener una textura suave y si es necesario integrar poco a poco el agua.
- Formar bolitas de 1.5 cm. de diámetro y aplanar entre las palmas de las manos o bien usar una máquina para tortillas.
- En un comal, a fuego medio, cocerlas por ambos lados.
- Sólo se voltean una vez, y su textura es suave.
- Es importante no sobrecocerlas para evitar que al enfriarse endurezcan.
- Dejarlas enfriar.
- Envolver las gorditas de 10 en 10 en papel de china de colores.
- Si se envuelven calientes, envolver antes en papel antiadherente para evitar que se pinten del color del papel.